Ventas y copywriting para emprendedores y negocios online

A más del 90% de la gente no le gusta escribir.

 

 A más del 95% le da miedo vender.

 

 Hasta que algunos ven el dinero que pueden ganar.

 

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Ventas y copywriting para emprendedores y negocios online

 

Advertencia

 

 

Sitio web no apto para ventafóbicos.

 

   

Si vender o ver cómo otros venden te da urticaria, estás a tiempo de dejarlo aquí para evitar sudores, ronchas y picores.

 

 

Si no es tu caso, enhorabuena por llegar a esta web. Estás a solo un clic de mejorar las ventas de tu negocio.

Ventas y copywriting para emprendedores y negocios online

Una vez fui a un pueblo perdido de Logroño y vi a una abuela golpear una cacerola contra el suelo de piedra de la plaza.

 

¡PAM! ¡PAM! ¡PAM!

 

El estruendo atravesó el bullicio del mercado. Todas las cabezas giramos hacia el sonido metálico.

 

¿Sabéis lo que es un crimen? (gritó). Darle a tu hijo una galleta del supermercado y verle la cara de decepción. Además de la mierda industrial que le estáis metiendo a ese pobre niño.

 

La frase flotó por el aire con un olor a galletas recién horneadas. Algunas risas. Miradas curiosas. Gente que se iba parando con un cucurucho de churros en la mano.

 

(Objetivo 1 conseguido: captar la atención. Sin atención, no hay venta).

 

¡Peor aún! ¡Darle a tu pobre nieto una de esas galletas del diablo… y que encima te diga que están buenas!

 

Más risas. Se sumó más gente.

¿Qué está pasando aquí? (me dije) Esto pinta divertido.

 

(Objetivo 2 conseguido: crear suspense para llevar a tu audiencia hacia tu producto).

 

Lo que sí debería ser delito, madres del mundo, es hacer creer que eso que venden en los grandes supermercados es una galleta. ¡Eso son posavasos con azúcar!

 

Un grupo de señoras mayores empezó a asentir con la cabeza como quien ve a una Virgen. Una madre agarró a su hijo del brazo y lo trajo hacia delante. Algo había tocado.

Me quedé. Esto prometía...

 

(Objetivo 3 conseguido: la abuela siempre se dirige al cliente ideal. Habla solo con quien tiene el problema. El resto sobra).

 

Entonces, con una sonrisa de abuela pícara, se agachó, abrió una caja redonda de esas que parecen de galletas (pero que nunca tienen galletas)... y para sorpresa de todos, esta sí tenía galletas.

Una bandeja llena de galletas doradas, brillantes, con forma de flor.

 

Las recetas de estas galletas no son cosecha mía, son de mi madre. Y la señora ya nos estará mirando desde arriba que en paz descanse.

Se llevó más de 60 años haciendo la misma receta. Con manteca de verdad. Con huevos de corral. Con vainilla de vaina y no de bote. Y ahora las hago yo y me salen casi igual que las de ella.

¿Queréis verlas? (dijo). Mirad, mirad… Miradlas de cerca y probad algunas.

 

Y sacó una cucharilla. Partió una galleta y sonó un crack seco. El interior estaba tierno. No blando. Tierno. Un niño las probó y puso ojos como platos. Otra señora agarró otra sin preguntar. Probó. Cerró los ojos. Asintió como toda señora mayor. Mmmm… Me recuerdan a las que hacía mi abuela (dijo esta señora).

 

(Objetivo 4 conseguido: Cuenta una historia que emocione. Pero no cuentes, muestra. Demuestra lo que vendes. Hazlo sentir. Hazlo visible y palpable en la mente de la gente).

 

Mientras repartía trozos con servilletas de rayas, la abuela no paraba de hablar. 

Que si solo las hornea los martes y viernes.

Que si la manteca la trae su cuñado de Soria.

Que si una vez vinieron los de Saber Vivir a grabarlas, pero no les dejó porque eso no es para andar enseñando por la tele.

Y que hay un chef en Pamplona que quiso comprarle la receta por 500 euros, pero le dijo que no. Que las mejores recetas no se venden. Se heredan.

 

(Objetivo 5 conseguido: usa datos, anécdotas curiosas o graciosas. Pruebas reales. Las afirmaciones vacías no venden).

 

Y para acabar de forma magistral, el cierre.

 

Normalmente las vendo en un obrador que tenemos en Logroño, pero como hoy es fiesta y me he venido a este pueblo ver a mi prima… os vais a ahorrar el viaje a la ciudad.

Y no solo eso. ¡Os vais a ahorrar el precio que cuesta en mi obrador!

Allí cuesta 6 euros la bolsa. Hoy por ser el cumpleaños de mi prima, porque ya me vuelvo a Logroño y tengo prisa… y porque ya no tengo edad de volverme cargada con todo esto a casa…os dejo la bolsa a 3 euros. Y solo me quedan estas 30.

 

(Objetivo 6 conseguido: escasez real).

(Objetivo 7 conseguido: credibilidad por lugar, obrador en Logroño).

(Objetivo 8 conseguido: cierre con urgencia y algo emocional).

 

De repente, una estampida de manos, monederos, billetes de cinco, una mujer que pagó con las antiguas pesetas que coleccionaba y no se dio cuenta…

La abuela las vendió todas en un momento.

Fue una de las mejores lecciones de ventas que he presenciado en mi vida.

 

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Por cierto, cada mes lanzo una edición de la 

REVISTA CLUB VENDEMENTE®

Pero antes, déjame decirte que dejé de beber cubatas...

 

Me refiero a que cuando voy a un bar ya no me apetece beber un gin tonic, un ron cola o un whisky. A no ser que sea un buen Macallan. A ver, gilipollas no soy.

En cambio, me he vuelto un friki de la cerveza.

Cuando según parece que bajan los consumidores de cerveza en España, yo empiezo a beber más cerveza.

 

Otro consejo de ventas: hay que hacer lo contrario a lo que hace la mayoría de la gente.

 

La cosa es que me ha dado por probar cervezas nuevas y extrañas como quien degusta un buen vino.

Será la edad, la paternidad, muchos años en la hostelería. Un cúmulo de cosas.

Bien. Te cuento una historia de una cerveza extraña.

Hoy en día todo el mundo pone nombres impronunciables a sus empresas y a sus marcas.

Nombres que no se te quedan ni aunque lo veas 10 veces seguidas.

Pues en Australia hay una cerveza que se llama XXXX.

Así, tal cual.

 

XXXX

 

Un poco más y se les olvida ponerle un nombre.

Por lo visto allí la gente la llama la four-ex. En español la llamaríamos la cuatro-equis.

Sencillo.

Dicen que se llama así porque los que la beben no saben leer. Y que sabe a pis de canguro colado por un calcetín sudado de un minero.

Pero por lo visto es una cerveza clásica y muy legendaria allí.

Yo no la he probado, pero dicen que es legendaria por eso mismo. Porque es sencilla y porque la beben los más paletos del país.

El nombre es tan simple, tan bruto, tan de gritarlo al barman de un antro... que nunca se te olvida.

Y ahí está... Grabado a fuego en la cultura popular australiana.

Y aquí viene la lección de marketing por alguien que nunca ha estudiado ninguna carrera de marketing.

 

Más consejos de ventas: si quieres que alguien compre tu producto primero asegúrate de que sepan (y recuerden) cómo se llama.

 

Y es que hay mucha gente que no vende su producto porque parece que habla en arameo antiguo. O un ingeniero borracho explicando la blockchain.

Pues yo he creado una revista que se llama como mi negocio: 

 

REVISTA CLUB VENDEMENTE

 

Así de sencillo.

Una revista, bueno en realidad es un club. Bueno, es una especie de suscripción mensual donde recibes formación en ventas, copywriting, email marketing, estrategias de negocio online y marca personal para vender como un demente. 

 

REVISTA...

CLUB...

VENDEMENTE...

   

  • No es gratis.

  • Tampoco vale lo que te cuesta una simple revista de kiosko.

  • Digamos que es como un curso mensual de ventas en formato revista: email marketing, publicidad y copywriting para vender como un demente (y solo puedes conseguirla dentro de mi newsletter).

 

No solo te entretienes.

No solo aprendes.

Si lo aplicas, vendes.

 

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Copywriting para empresas online

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Cómo aplicar copywriting a mi negocio online

En España hay mucho ventafóbico.

 

Un ventafóbico es una persona que tiene miedo de vender porque cree que vender está mal.

Y hoy día el miedo es una epidemia que paraliza a la mayoría.

Vives bombardeado con noticias diseñadas para asustarte. Normal, saben que el miedo vende.

Te han domesticado con trucos baratos.

Donjuanes de la vida son los que ahora suben hasta lo más alto en el poder.

Da igual si vienen del gobierno, de una empresa o de la sociedad, siempre usan la misma fórmula: asustarte, hacerte cargar culpas ajenas y llenarte la cabeza de cuentos para que no cuestiones nada.

 

Y curiosamente, aquellos que tienen miedo de vender y ganar dinero… no tienen miedo de criticar a quienes venden y ganan dinero.

 

Son los mismos que ven el éxito con desconfianza, que llaman estafador o suertudo al que prospera y que justifican su falta de resultados diciendo que el dinero corrompe.

Son los mismos que tienen miedo al fracaso, por eso no dan ningun paso, solo de la cama al trabajo y del trabajo a la nevera y de la nevera al sofá... para deslizar la pantalla del móvil hasta el infinito mientras comen mucho y odian fuerte.

 

La verdad es esa: el miedo a vender es, en el fondo, miedo a ganar dinero y a ser libre.

 

Y ese miedo es lo que limita.

Y por desgracia, el miedo cotiza alto.

Y como te he dicho antes, la mayor parte de la gente le tiene miedo a vender, pero también tiene miedo a que le vendan.

Tienen miedo de reírse de uno mismo.

A que le digan que no.

A hablar con la gente.

A decir que no.

A hacer el ridículo.

A escribir.

A llamar por teléfono.

A escribir y enviar un email cada día.

A pensar.

A pensar diferente.

A ejecutar.

A ejecutar ideas diferentes.

A emprender.

Al error.

Al fracaso.

Al jefe.

Al despido.

A hablar en público.

Al qué dirán.

Al dinero.

la libertad.

la muerte...

Y por supuesto... a Hacienda.

Y estos miedos los sufre también un empleado que quiere pedir un aumento o un emprendedor que duda en lanzar o no su negocio… incluso un profesional con experiencia que teme aumentar sus precios.

Si tú eres emprendedor quizá tengas miedos que aún no sabes que tienes.

Tener miedo significa vivir limitado, ganar menos de lo que realmente podrías y quedarte para siempre atrapado en una vida repleta de excusas.

Y además... tener miedo te impide crear un negocio con sangre en un mundo cada vez más robotizado, deshumanizado y artificial.

Y cuando empiezas a no depender de la aprobación de los demás, cuando te da igual lo que piensen de ti, cuando no muestras necesidad ante nadie, cuando te resbala la opinión de un ofendidito de sofá con los dedos pringados de Cheetos.

Ahí es cuando dejas atrás el miedo.

Ahí te separas de la muchedumbre, de lo corriente, de lo común, de la masa, de lo colectivo y de lo mediocre.

Ahí encuentras tu propio camino.

Ahí te haces más fuerte e independiente que el resto de la gente.

Ahí empiezas a construir un negocio con personalidad, un mundo propio alrededor de tus productos o servicios.

Ahí comienzas a ser más atractivo para los demás.

Y ahí... es cuando empiezas a vender más.

 

Y vender más (como es lógico) te genera más dinero.

 

Y el dinero es la herramienta que te proporciona libertad... tanto aquí en España, en Paraguay o en Pekín.

Por eso, solo unos pocos logran hacer mucho dinero, y es porque aprendieron a vender sin miedo.

 

Un ventafóbico también puede ser una persona que tiene miedo a que le vendan porque creen que le van a engañar.

Y en realidad esto es normal, ya que hay gente que sabe vender muy bien pura basura.

Productos malos, promesas imposibles o directamente humo, nada, vacío…

A estos se les conocen como vendehúmos, los que te prometen lo que nunca podrán cumplir y se piran cuando toca dar la cara

Es irónico, pero saber vender te protege de ciertos gurús de camiseta negra lisa.

 

Luego están los vendemotos, estos no inventan nada de la nada, estos te la cuelan en cuanto pueden inflando la realidad hasta el absurdo.

Te venden algo que existe... sí, pero disfrazado de oro puro cuando en realidad es latón pintado.

 

Ambos pueden colársela a unos cuantos, el mercado los trajo... sí, pero el mercado no es tonto porque tarde o temprano... los barre.

Esto me recuerda a una frase que se le atribuye a Abraham Lincoln:

 

Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.

 

Aquellos que usan copywriting para engañar a la gente tienen mi absoluto desprecio y no los acepto ni como alumnos ni como clientes.

Un producto se puede vender incluso contando sus fallos, limitaciones o desventajas.

Ya sabes, no hay nada perfecto en esta vida.

Hoy disponemos de todas las herramientas y conocimientos del mundo como para ir vendiendo productos malos.

 

Y ya no hablemos de los copyplanistas: esos que siempre dicen copy, esos que nacieron con una plantilla debajo del brazo. Esos que en lugar de vender dicen que comunican, por miedo a vender.

Y claro, como van con miedo, lo hacen todo de forma plana, muy políticamente correctos y sin transmitir nada. Al final ni comunican ni venden.

Nada. Todo aplantillado, trillado, aburrido, tibio, gris, neutro, plano, planero, planucio...

Auténticos planistas de la vida.

Estos, incluso, pueden tener buenos productos, pero por falta de personalidad la gente no les compra ni por Wallapop.

 

Joder... visto así, el panorama da un poco de pena.

Por suerte, hay otra forma de vender. De hecho es la mejor forma de vender.

Sin humo, sin motos, sin sonar a un autómata que mata de aburrimiento.

 

Se puede vender de forma escrita haciendo que la verdad suene interesante.

 

Sin engañar. Sin exagerar. Que tú y tu cliente salgáis beneficiados. Pero hombre... esto hay que hacerlo con algo de gracia.

Con gracia no me refiero a contar chistes como un bufón o un meme. Me refiero a escribir de forma persuasiva y a entender mejor el comportamiento humano (por qué hacemos lo que hacemos, por qué compramos lo que compramos).

Y esta habilidad, arte y ciencia al mismo tiempo, es la que te muestro y te enseño aquí dentro.

Esa es la clave de una buena venta (y de una buena compra).

 

Al final, la realidad es que el 85% de los negocios cierra en menos de 3 años.

Y tú, si tienes buenos productos o servicios pero tienes problemas para venderlos... probablemente te pase lo que le pasa a ese 85%.

Es por esto que la prosperidad y la libertad de un país depende de la capacidad de sus ciudadanos para vender bien.

Aquí para recibir emails adictivos:

 

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Copywriting para emprendedores digitales

Y eso de espantar a quienes nunca serán clientes... es una estrategia de ventas muy inteligente.

 

Te voy a contar una anécdota graciosa sobre la pasta, el parné, la plata, la guita, las pelas, las perras, el money...

Y además, quizá descubras otra forma más de llamar al poderoso caballero don Dinero.

2004, mis paisanos y grandes cantaores flamencos Gaspar de Utrera y El Cuchara de Utrera, van al programa de televisión de El loco de la colina de Jesús Quintero:

 

JESÚS QUINTERO: 
Gaspar, ¿a ti te revela saber que eres el mejor y que no tienes el sitio que mereces?
 
GASPAR DE UTRERA: 
¿Y de qué me vale, Jesús? ¿De qué me vale ser el mejor si no tengo contratos, ni dinero, ni nada?
 
JESÚS QUINTERO: 
Pero tú lo sabes... Tú sabes que eres un monstruo en esto del flamenco.
 
GASPAR DE UTRERA: 
Hombre, eso me lo dicen. “Tú cantas muy bien, Gaspar”. Pero luego, ¿qué? Canto bien, pero no me dais contratos. ¿Si no me dais toros cómo voy a cortar orejas?
 
JESÚS QUINTERO: 
¿Y no te basta con gustarle a los entendidos?
 
GASPAR DE UTRERA: 
No, porque los entendidos no dan nada. Con los entendidos no se come, Jesús. A mí me dicen: “Eres una maravilla, Gaspar, eres un genio.” Vale, ¿y qué? Yo, hijo, yo tengo que vivir...
 
JESÚS QUINTERO: 
Entonces... ¿Por qué brindamos, Gaspar?
 
EL CUCHARA DE UTRERA: 
Por la salud...
 
GASPAR DE UTRERA: 
¿Qué salud ni salud? ¡Por el dinero!
 
JESÚS QUINTERO:
¿El dinero es lo más importante, Gaspar?
 
GASPAR DE UTRERA: 
Hombre, claro. Salud, ni salud, todo el mundo la salud… Pero sin dinero, ¿qué salud vas a tener?
 
EL CUCHARA DE UTRERA: 
Bueno, pero hay que tener salud…
 
GASPAR DE UTRERA: 
No, no... Hay que tener dinero. Tú entras en un bar sin dinero y la gente te lo nota.
 
JESÚS QUINTERO: 
¿Te lo notan? jajaja…
 
GASPAR DE UTRERA: 
Claro. Si entras y estás tieso, te miran raro. Pero si tienes dinero, andas distinto, hablas mejor, y hasta pareces más alto y te pones más guapo.
 
EL CUCHARA DE UTRERA: 
Bueno, pero la salud…
 
GASPAR DE UTRERA: 
¿Tú te crees que con salud se llena el estómago? Yo tengo que comprar en mi casa antes de las 8 de la mañana treinta kilos de manteca, carne, lo que sea, para que mis hijos coman. ¿Y eso en el supermercao no se compra con salud? Se compra con dinero.
 
JESÚS QUINTERO: 
Pero el dinero no lo es todo… ¿no, Gaspar?
 
EL CUCHARA DE UTRERA: 
Está claro… Sí, hay que tener dinero y de vez en cuando un resfriadito, una calenturita, un dolorcito de estómago…
 
GASPAR DE UTRERA: 
Claro, pero con dinero te puedes salvar...
 
 JESÚS QUINTERO: 
¿Entonces el dinero es la verdadera salud, Gaspar?
 
GASPAR DE UTRERA: Hombre claro. Si tienes dinero, comes bien. Y si comes bien, tienes salud. Y si tienes salud, ya está.
 
EL CUCHARA DE UTRERA:
Bueno, pero mejor la salud porque con un pan con tomate ya está uno comío...
 
GASPAR DE UTRERA: 
Y después estás esmayao... Anda ya. Tú comes pan con tomate hoy y mañana. Pero al tercer día, ¿qué? ¿Otro pan con tomate? Así no se vive, hombre.
 
JESÚS QUINTERO: 
Entonces... ¿por qué brindamos?
 
GASPAR DE UTRERA: 
¡Por el jurdó, hombre! ¡Por el jurdó!

 

 

Jajaja...

Joder, cuanto arte y cuanta verdad.

 

Ahora, escucha atentamente...

Si estás aquí es que eres inteligente, pero es que los emprendedores y redactores publicitarios que se apuntan cada día a este club de ventas: email marketing, publicidad y copywriting, con el tiempo comienzan a andar distinto, a escribir mejor y hasta se ponen más altos y más guapos.

Y cuando hablo de escribir, en realidad hablo de vender.

Y cuando aprendes a vender de esta forma no tienes más remedio que ganar dinero.

O como dice Gaspar de Utrera: ganar más jurdó para que cuando entres en un bar la gente te lo note.

 

No sé a qué te dedicas ni cómo es tu negocio, pero si estás aquí (a parte de ser inteligente) es porque buscas mejorar los textos de tus...

 

  • páginas web
  • páginas de venta
  • emails
  • anuncios publicitarios
  • para ponerte más alto y más guapo.

 

Bien...

Esto se consigue aprendiendo y aplicando redacción publicitaria en tu negocio, o como los americanos llaman: copywriting.

Yo lo llamo escribir para vender.

En la era de Internet, esta habilidad te hace vender incluso mientras te pegas una siesta de 3 horas.

Imagina tener un ejército de vendedores bien entrenados trabajando para ti o tu negocio 24/7.

Y esta habilidad, bien afilada... te hace libre, te protege de despidos, quiebras y de políticos hambrientos por subir los impuestos.

 

Lo dicho.

Si aprendes a escribir para que te compren, te pondrás por encima del 99% de tu competencia, ya que la mayoría de la gente odia vender pero ama comprar.

Eso significa diferenciarte, vender más y ganar más jurdó.

Y eso de diferenciarte, vender más y ganar más jurdó, me da igual lo que digan, es lo que nos hace libres... y por supuesto: más altos y más guapos que el resto.

Si por lo que sea dudas entre follar o suscribirte, hazme caso, vete a follar.

 

Aquí para polvos mentales.

 

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Copywriting para autónomos y freelance

No he salido de ninguna carrera de marketing y publicidad. Empecé en 2008 con un bar de copas y luego vendiendo en persona, en la calle.

 

Desde que emprendí llevo sufriendo el rechazo y el fracaso en mis carnes.

Stephen King cuenta que al comienzo de su carrera como escritor, clavaba en la pared (con un clavo) cada carta de rechazo que recibía de las editoriales:

 

Cuando tenía 14 años, el clavo ya no soportaba el peso de todas las cartas de rechazo que había ensartado en él. Lo sustituí por una estaca y seguí escribiendo.

 

El resto es historia...


Si emprendes y odias vender porque temes el rechazo, prepárate para un camino muy difícil. Lo más probable es que el éxito nunca llegue.
 

Y es duro. Estar ahí fuera vendiendo un producto.

Mucho desgaste físico y mental.

 

En 2020, con la pandemia, como no podíamos salir a la calle a vender, no tuve más remedio que aprender a vender por escrito para ganarme los objetivos mensuales en el trabajo que tenía por aquella época como representante de ventas en farmacias para una farmacéutica.

Solo tenía 2 formas de vender mis productos a mis clientes: por llamadas o por escrito, ya sea vía emails o WhatsApp.

Opté por el email, ya que pocos cogían el teléfono y el WhatsApp lo usaba para resolver otros tipos de problemas de gestión y logística.

 

Bien...

Me encontré el primer problema: casi nadie abría o respondía a mis emails.

Eran sosos, serios, con asuntos formales y sin impacto.

Entonces, me puse a investigar bien sobre cómo enviar correos para vender y di con el copywriting de alto nivel, gracias a un tipo que, como yo, también pasó un tiempo vendiendo en la calle: se llama Gary Halbert, considerado uno de los mejores en esto de vender por escrito.

Me empapé y apliqué todo lo que aprendí vendiendo tanto en persona como de copywriting para vender a mis clientes a través de estos emails.

Empecé a ver los resultados, comenzaron a abrirlos y a responderme. La mejor respuesta solía ser una risa acompañada de un dale, envíame esta oferta, Pablo.

Fue cuando me di cuenta del potencial que tenía la escritura persuasiva.

 

Y te aseguro que llevo años viendo cómo personas hartas de la rutina, aburridas de un trabajo mediocre con sueldos mediocres o simplemente con ganas de ganar más y de crecer en la vida, descubren el poder de escribir textos de ventas que generan dinero de verdad. Ya sea para ti, para tu negocio o para el negocio de otro.

No es un talento innato, es aprendido. Y por supuesto, puedes aprenderlo tú. 

Puede ser un sistema más una pizca de tu mundo y el de la gente.

La capacidad de persuadir con la palabra escrita es una habilidad que siempre estuvo y siempre estará en alta demanda.

Internet lo ha puesto en alza ya que vivimos en un océano de información y ruido.

Saber escribir una web, un anuncio publicitario, emails o buenas páginas de ventas (landing pages) te diferencia del 99,99% del mercado.

Si lo haces bien, probablemente despidas a tu jefe.

Podrías trabajar desde donde quieras… cuando quieras… y cobrar lo que realmente vales.

Cada negocio necesita palabras que generen dinero para mantenerse a flote.

Incluso, si lo haces por tu cuenta (a modo freelance) puedes ganar más que muchos médicos y abogados solo escribiendo emails o páginas de ventas tan simples como asesinas, diseñadas para disparar a la mente de la gente.

Por eso, siempre digo que el mundo de las ventas se paga muy bien, tanto en persona como por escrito.

Saber vender es una de las mejores habilidades que puedes aprender en esta vida, y si aprendes a hacerlo bien por escrito, puedes ganar 3 de las libertades más deseadas:

  • libertad económica,
  • libertad geográfica y
  • libertad de tiempo.

Te lo digo por experiencia propia y por eso, te animo a entrar en mi mundo.

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Copywriting para vender más

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Si quieres leer algunos de los emails que se me fueron de las manos y obtuve más respuestas, ventas y bajas, he creado un blog donde reúno algunos de ellos: