La mayoría de la gente teme ser diferente (y por eso son pobres).

Te cuento una historia sobre la libertad y sobre cómo ganar dinero, en el que probablemente (por lo que representa) sea el mejor email que leeras este mes o quizá, este año.

Un email, que pase el tiempo que pase, siempre podrás echarlo a pelear con el mejor email de otra newsletter en lengua hispana y si no gana, empata.

En 1952 había un niño que vivía en la Alemania del Este, un país donde según él (y cualquier persona con dos dedos de frente), mandaban los malos: los comunistas.

Los comunistas no son buenos, son lo contrario, por muchas razones, pero aquí lo verás muy claro por una razón de peso.

Y es que la gente en esa parte de la Alemania no podía decir lo que pensaba. Ni salir del país. Ni elegir su vida. Para este niño la vida era como la de su hámster, pero sin barrotes.

Su familia quería escapar a la Alemania del Oeste, donde había libertad. Pero no era fácil. Tenían que cruzar la frontera de noche sin que los soldados los pillaran.

El niño iba al lado de sus padres tapado con una manta, muerto de miedo. De vez en cuando preguntaba si ya habían llegado pero nadie le decía nada.

Hasta que una vez levantó la cabeza… y vio a un soldado bebiendo de una botella muy especial. No tenía que leer la etiqueta. Solo con verla supo que ya estaban a salvo.

Por supuesto, era una Coca-Cola. Y en esa parte del mundo, solo había Coca-Cola en la zona americana.

¿Y qué pasaba en esa zona? Que había libertad. Y por eso había Coca-Cola.

Coca-Cola es igual a libertad.

Esa botella con forma rara se convirtió en un símbolo de libertad para Estados Unidos (y para el mundo entero).

Una botella tan famosa que hasta los soldados en la Segunda Guerra Mundial la llevaban encima porque les recordaba por qué luchaban: por casa, por su país, por la familia, por la libertad.

La libertad... quiero decir, la Coca-Cola, no es un invento al azar.

A principios del siglo XX, mucha gente intentaba copiar a Coca-Cola. Había bebidas con nombres parecidos: Koka-Nola, Ma-Coca-Co, Toka-Cola…

Eso es lo que hacen los idiotas, copiar sin gracia.

En el sur de EEUU aún no había neveras y los refrescos se metían en barriles con hielo. Las etiquetas se despegaban y eso hacía que todos los refrescos parecieran iguales. Por lo tanto, la gente metía la mano en un barril y sacaba cualquier botella de refresco, y con suerte, una Coca-Cola.

Pero Coca-Cola no podía ser igual que el resto. Coca-Cola es libertad, lo contrario a comunismo, ¿recuerdas?

Coca-Cola inventó una botella tan rara que podías reconocerla con los ojos cerrados, solo tocándola. Destacaba. Y cuando destacas, te eligen.

Años después, el 99% de los americanos sabían distinguir una Coca-Cola solo por la forma (y por el tacto de su botella).

Hoy es la bebida más famosa y más vendida del mundo.

¿Sabes por qué?

¿Lo intuyes?